En Praga puedes encontrar un tesoro en cualquier parte de la ciudad, pero sin duda en el distrito centro es donde se esconden la mayoría de ellos.
Praga, capital de Chequia, está distribuida en 22 distritos, no obstante, la mayor parte de su patrimonio UNESCO se sitúa en el distrito de Praga 1, o, lo que es lo mismo, el centro de Praga. Aquí encontramos los vecindarios de Hradčany (barrio del Castillo de Praga) y Malá Strana (Barrio Pequeño) al oeste del río Moldava y, unidos por el Puente de Carlos, al este del río, se encuentran Staré Město (Ciudad Vieja), Josefov (Barrio Judío) y una pequeña parte de Nové Město (Ciudad Nueva).
Paseando por Hradčany estaremos dentro del mayor castillo del mundo, aunque hoy en día lo que nos encontraremos serán grandes palacios, la famosa Catedral de San Vito y el Callejón del Oro. En este fantástico barrio, también se pude ir a conocer el Monasterio de Strahov, que alberga una de las bibliotecas más bellas del mundo. No menos importante y gracias a la localización en lo alto de este barrio, gozaremos de una fantástica panorámica del centro de Praga.
La Ciudad Vieja de Praga y la zona del Castillo, componen un bello paisaje para el turista.
El barrio de Malá Strana se sitúa a los pies del barrio del Castillo, motivo por el que gran parte de la nobleza se instaló en él, de aquella época aún se conservan numerosos palacios y jardines. En este parte de Praga debemos resaltar muy especialmente la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria (que custodia la famosa imagen del Niño Jesús de Praga), la Iglesia de San Nicolás y el palacio de Wallenstein y sus jardines (sede principal del Senado checo). Mala Strana es “la perla del Barroco”, sobrenombre de este barrio.
Si cruzamos el rio Moldava desde Mala Strana, el puente de Carlos nos llevará al barrio de Staré Město (Ciudad Vieja), el barrio más famoso del centro de Praga. En él se localiza la plaza de la Ciudad Vieja (Staroměstské náměstí) circundada por algunos de los edificios más famosos de la capital checa como la Iglesia de Týn, la Iglesia de San Nicolás – no confundir con la homónima de Malá Strana – o el mayor orgullo de la ciudad: el archiconocido Reloj Astronómico de Praga. Staré Město antiguamente estaba protegida por un foso y diferentes puertas de entrada a la ciudad, de estas hoy en día se conserva la Torre de la Pólvora (Prašná brána).
Al norte de la plaza de la Ciudad Vieja, también dentro del territorio protegido por el foso, nos encontramos con el antiguo barrio judío de Praga (Josefov), con su museo judío donde se pueden visitar la sinagoga de Klaus, la sinagoga de Maisel, la sinagoga de Pinkas, la sinagoga Vieja-Nueva (Staronová Synagoga), la sinagoga Española y, como no, el peculiar cementerio judío de Praga. Además, las tiendas más lujosas del centro de Praga se localizan en esta zona, especialmente en la calle Pařížská.
El otro barrio UNESCO de Praga
Hacemos referencia a la Ciudad Nueva o Nové Město. Este se haya en la misma rivera del rio en la que se encuentra la Ciudad Vieja. Pese a lo engañoso de su nombre, la Ciudad Nueva apareció en el S.XIV cuando el más conocido de los reyes checos, Carlos IV, mandó ampliar su capital imperial más allá de sus murallas. De la parte correspondiente a Praga 1 y 2, y en ella podemos destacar Václavské náměstí o plaza de Wenceslao, espacio presidido por el imponente Národní muzeum (Museo nacional), o el Národní divadlo (Teatro nacional).
Sin lugar a dudas, los atractivos de la capital checa son innumerables por antigüedad, interés y extensión. Y si estás planeando una vista a esta joya europea, le recomendamos pasar sólo en ella entre 3 y 4 días y así poder ver Praga en su totalidad.
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